Estados Unidos implementará desde el 15 de agosto una política de suspensión por dos años de las deportaciones de jóvenes inmigrantes traídos de manera ilegal cuando eran niños, siempre que cumplan ciertos requisitos.
La medida, anunciada por el presidente Barack Obama el 15 de junio, podría beneficiar a unas 800 mil personas, según cifras del gobierno. De acuerdo con el plan, los jóvenes podrían evitar la expulsión si demuestran tener 30 años o menos, llegaron antes de cumplir los 16, han vivido en el país al menos cinco años y carecen de antecedentes penales.
Asimismo, los beneficiarios deben demostrar que concluyeron sus estudios en una secundaria estadounidense u obtuvieron un certificado de aprobación del examen en inglés de Desarrollo Educativo General, o que se encuentran en la escuela, reportó la cadena televisiva Fox News.
La acción les permitirá también solicitar un permiso de trabajo de dos años de duración, el cual puede ser renovado, agregó. Tales requisitos coinciden con los contenidos en el proyecto conocido como Dream Act, legislación aprobada en la Cámara baja en 2010, pero que naufragó en el Senado ante la falta de los votos necesarios.